domingo, 3 de febrero de 2013

Bajo la mira


Bajo la primicia de que nuestras noches arrojan cientos de historias con desenlaces tan distintos los unos de los otros, me centro en unos que son recientes a mis horas, delicados ante mi persistencia de crear emociones, allí va el hombre vagabundo en busca de suerte, de suerte con sus historias, y sus mitos.

Hoy, que pasa como un dia done respiras y te caes, es cuando la vida te sacude los pelos del cabello, y los exprime. Ejercicio rutinario para darnos cuenta de lo muy vivos que estamos.Palabras mas, palabras menos, quiero tomar una maleta con un destino lejano, subirme a un auto seminuevo y perderme. Me gusta pensar en la posibilidad de hacer un viaje para cicatrizar heridas, convertirlas en piel demolida por el tiempo. Mis amigos, aquellos seres imaginarios, que cabalgan bajo el alcohol, interpretan esto como la huida, quisiera hacerlo, y volver.

Los mas gratos recuerdos, de el tiempo que vivi aquí, los tengo montados en dos llantas. tratando de axfisiar la pequeña línea que me divida de la locura, allí donde se torna de otro color, y de otras charlas. Amaría que llegara el momento donde pudiera no saber nada, donde mi cabeza se convirtiera en un revolver que disparara hacia arriba, que viajara y viajara bajo algún sol. Que lo eclipsara.

Mas tarde que pronto, me dispongo a generar bajo la suave música del recuerdo, algunas notas mentales para poder aclarar mi camino. Quisiera reducir a niveles microscópicos mi egoísmo, y darle dos puntos mas a la humidad. Este viaje, y todos los que dispongo, traen consigo una fuerte carga emocional, que se vacían en recuerdos, en discos viejos que reproducimos en el auto. Brindis amargos para corazones rotos.

Hoy pienso mas que nunca, que no estoy solo, que mis miedos terminan, donde acaban las balas, en el suelo. Quiero retomar ese largo trayecto que me lleva algún sitio, llenar de mis oidos, la clara convicción de que habrá otro libreto, y otra historia que contar. Nada como caminar, por aprender.

El disco se acaba, y la resaca también, los grandes momentos de mi vida, terminan siendo una contradicción, un montón de cosas que nuestra mente humana, siempre albergará.

Bailar que al final los problemas se acaban, y el crédito envejece. Ahí el mundo, ahí el reto.